El otro día vi una película de intriga. Una escena en concreto me llamó la atención: Los 2 policías estaban dentro del coche patrulla haciendo guardia. Vigilaban a un tipo que se suponía era el que cometía los asesinatos en serie. Por eso se encontraban delante de su casa. Su trabajo consistía en ver cada movimiento que había. Y eso es aburrido. Porque se pegaban todo el día, ahí sentados, bebiendo café, mirando hacia la puerta. Y lo mismo, el sospechoso, solo iba a tirar la basura. Entonces Denzel Washington, que era el poli mayor, le dice al aprendiz: – ¿Y si esto que estamos haciendo no sirve para nada? Y aquella reflexión, me llevo a una de las preguntas que más se repite la gente que hace terapia. No si, el hacerla sirve o no sirve. No. Eso sirve, no porque te lo diga yo. Lo dicen las personas que lo hacen. Si no, la pregunta que se hacen antes de venir: Y es cuestionarse su propia vida, similar al protagonista de la película. ¿Y si estoy perdiendo mi ilusión en este trabajo que no me gusta? ¿Y si en realidad no quiero estudiar esas oposiciones? ¿Y si no es la persona de mi vida? ¿Y si es mejor que haga «A» o «B»? (Sustituye «A» y «B» por lo que ronde en tu cabeza). Hay un momento en el que el asesino en serie sale de la casa, y se da cuenta de que lo están vigilando. Entonces, desafiante, se va directo al coche camuflado y se dirige a uno de ellos. ¿Quieres saber cómo termina? Eso me gustaría también a mí. Ya que el sofá de mi salón tiene la habilidad de atraparte y me quedé dormida… Si no quieres que te pase lo mismo a ti, (lo de quedarte dormida). Y saber qué hacer con tu vida, tengo algo para ti: |
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