Es posible que te siente mal lo que te voy a contar a continuación.
Tener confianza en ti es difícil y de valientes porque, aunque esté moda el feminismo y el empoderamiento:
Es un lugar solitario y con poca luz.
Donde corres el riesgo que se alejen familiares y «amistades» a los que les tenías acostumbrados a decir siempre que «sí».
«Los amigos» (entre comillas), prefieren a su lado a alguien que esté a su disposición y haga favores, que lo contrario.
O un jefe, empleados que echen horas extras sin rechistar
Un amante, que no quieran compromiso a cambio.
Y un caradura de los que se te cuelan en la cola del pan, que te quedes callada con cara de: «Tenía que haberle dicho algo… «.
No tener confianza en ti para decir «no», implica a veces situaciones como estas:
Beber alcohol o fumar para parecer «guay «,y que no te rechazarán en el instituto (Ya sabes, si no eras la pardilla…)
Practicar según qué tipo de sexo que no te agrada mucho con tal de complacer a la otra persona.
Zapatos de tacón para parecer más femenina, pero dejar de ponerte mini falda y escote porque a tu chico le molesta.
Permanecer con la pareja que tienes desde que eres adolescente, a pesar de no ser la vida que imaginabas porque os habéis casado.
Hijos que se llaman como el padre o abuelo aunque el nombre sea horrible.
Que tu niño haga la comunión porque los de su clase también lo hacen.
Oficios que se continúan por tradición familiar.
Trabajar en lo que estudiaste aunque no te guste, pero que elegiste para tener «mejor futuro».
Cenar con suegros y el cuñadisimo en Navidad aunque no te apetezca en absoluto.
O pintarte las canas para no parecer «una vieja que no se cuida «. (No aplicable a hombres, a ellos dicen les queda sexy… )
Así que no voy a tratar de convencerte a que tengas más confianza en ti porque tienes razón: No es fácil.
Pero ahora yo te pregunto:
Cuál es el precio que estás pagando por ser como quieren los demás?
Pd.
Dicen que tenemos dos vidas.
Y la segunda comienza cuando te das cuenta que solo tienes una…
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