Después de haber ganado el partido a su rival, el tenista Carlos Alcaraz recibe estas palabras de Tiafoe:
«Vas a ganar muchos slam».
Me llamó la atención porque los contrincantes en el deporte, o cualquier otro juego, no te suelen alabar, sino todo lo contrario y lo que intentan es vencer.
Sin duda unas palabras humildes que llegan al ser derrotado tras un partido duro de más de 4 horas.
Y esto me llevó a pensar, como a veces en nuestras vidas, estamos rodeadas de personas que, sin ser rivales, o enemigos, sus palabras pueden provocar tal efecto como si lo fueran.
Pareja, familia, o amigos que disfrazan sus frases con la mejor de las intenciones, pero que a veces lo que hacen es limitarte en vez de impulsarte.
Por ejemplo, al querer cambiar de trabajo, emprender por tu cuenta, vivir en otro lugar, estudiar de nuevo, y el clásico ponerte a dieta.
Son pensamientos que han estado dando vueltas y vueltas una y otra vez en tu cabeza, como una lavadora centrifugando.
Y que una vez que te decides para contarlo y dar un posible paso, puedes recibir respuestas como estas:
– » Con la de paro que hay, si hoy en día tienes curro, da gracias. Lo mejor que puedes hacer es conservarlo. (Incluso si se aprovechan de ti, y echas más horas que un reloj que nunca te pagan).
– ¿Y para qué pintas tú en Londres con lo bien que se vive aquí? Además, si toda la gente de ahí se viene será por algo más que el sol.
– ¿Que te ha dado ahora por estudiar, si no lo hiciste en su día, ya vas un poco tarde no crees?
– Pues a ver si esta vez es verdad, que te pones a dieta y dejas de comer tanta porquería, que te estás poniendo como un tonel.
Con este tipo de respuestas, la verdad que es normal que te desanimes.
Aunque lo peor es tu propia voz interior.
Como nos autoconvencemos y autosaboteamos, para eso que te había parecido una buena idea, se esfume más rápido que un caramelo a la puerta de un colegio.
Mantener la motivación inicial no es fácil.
Por eso el tenista Carlos Alcaraz lo debe de saber, y tener muy claro cuando afirma que:
– Hay que preparase no solo fisicamente, sino también mental.
Y esta es la gran olvidada, al intentar construir una base sólida que no sea papel de fumar, que se caiga con la primera ráfaga de viento.
Para entrenar la mentalidad adecuada e ir a por lo que desde la intuición muy adentro de ti, sabes que quieres.
Incluso si no te sientes capaz en esos momentos.
Aunque es posible.
No porque yo te lo diga.
Pero que cada día hay personas que lo demuestran.
Si no que le pregunten a Carlos, que ganó al que parecía el gran invencible: Rafa Nadal…
Si tienes algún sueño, meta u objetivo que se te resiste, eso puede cambiar.
Si es algo que te interesa, es Aquí.
¿Te ha gustado lo que has leído?
Apúntate a mi newsletter para recibir cada semana un email similar: Aquí
Reenvíaselo a esa amiga a quien sabes que le vendría bien.