Hay una persona que conozco que cuando se siente triste, siempre dice que ella es así de desafortunada porque sus padres nunca la animaron a que estudiara:
-Si mis padres lo hubieran hecho, yo hoy sería una persona con carrera, un trabajo seguro, tendría más dinero, y sería más feliz porque yo me siento frustrada.
Y esto me recuerda a mí, cuando le pido a mi pareja que esconda el chocolate, que si no soy capaz de zamparme la tableta completa.
A lo que me responde, y con razón:
-Yo no te digo que la comas jejejeje
Resumiendo:
Una se tiene que hacer responsable de sus actos.
Aunque es mucho más fácil echarle “la culpa” a los demás.
De hecho yo le digo que si no lo comprase, (Porque yo no lo hago, y así evito caer en la tentación), para mí sería más fácil.
Pero es como si escuchara una voz de socorro, que proviene del mueble de la cocina, y al abrir la puerta es la tableta levantando los bracitos para que lo coja…
Aquí es cuando tengo que tener fuerza de voluntad y tener claro si me quiero pegar ese atracón. O comer una onza para quitarme el deseo y dejar el resto.
¿Qué crees que podría hacer la persona que te he contado antes?
No sé cuál es su historia completa. Pienso que es bueno escuchar las dos partes.
Imagínate que sus padres estaban hartos de que trajese las notas suspensas del instituto.
Y que ella a su vez les decía que no quería estudiar más, que prefería ponerse a trabajar.
Sus padres empáticos deciden que si “la niña” no quiere seguir, que no lo haga.
Por otro lado, tener una carrera no te asegura que tengas la misma profesión. Ni mucho menos que seas más feliz, porque igual hasta estudias algo que ni te gusta.
Pero no vamos a imaginar lo que pudo haber ocurrido o no.
Pensar en eso es un desgaste de energía inútil.
Sin embargo, opino que si ella quiere estudiar algo, nunca es tarde para ello.
Si no que se lo digan a Allan Stewart, el universitario más viejo del mundo, de 97 años se graduó por 4ª vez.
Pero cuando tenemos que hacernos responsables de nuestras vidas nos saldrán “mil excusas”.
Y sobre todo porque tendremos que esforzarnos para poder conseguirlo.
Quizás te enfades conmigo si te digo que es más “fácil” echarle la culpa a los demás.
Recuerdo en el colegio, cuando tenías un examen y aprobabas decías:
– ¡He aprobado!
Sin embargo, cuando suspendías, decías:
– Me han suspendido, la profe me tiene manía…
Gente infeliz con la persona que está a su lado, dicen que se les acabó el amor pero no hacen nada por reanimarlo.
Funcionarios amargados detrás de una ventanilla para toda su vida.
Madre desesperada con hijos que tuvo porque era “lo que tocaba”.
Hombre se casa con mujer, aunque no le gusten las chicas…
Elegimos ser protagonistas o víctimas de las circunstancias todo el tiempo.
Es difícil tomar decisiones, y ser consecuente. Nadie dijo que fuera un camino de rosas.
Pero si de verdad quieres “reescribir” tú historia:
Es posible.
Delante de ti tienes un cuaderno en blanco y un bolígrafo.
Decide:
¿Qué quieres anotar en él…?
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