En este momento hay más de 1 millón de búsquedas  en Google…

Entiendo que los artículos los han escrito expertos en la materia.

La mayoría son psicólogos,  diplomados, con un máster o incluso imparten cursos sobre estos temas.

Ante esto, ¿Quién soy yo para hablar también de ello?

Bueno… Yo misma tuve todo tipo de herida infantil y superé.

Esto me hace tener seguridad en mí para poder ayudarte si estás pasando por lo mismo. 

También me formé como coach, y así darle más confianza a las personas que acuden a mí. 

Creí que era importante tener una base teórica fiable, con herramientas y recursos seguros.

Lo que más me gusta de este proceso de acompañamiento es  que no se centra de manera única en el dolor de tu pasado.

Si no que se enfoca más bien en el presente y  futuro.

Y asi poder verlo desde un punto de vista más racional.

Detecta las vivencias o creencias que guardas en tu memoria, y evita limitarte en tu día a día.

Sé que para ti es crucial lo que te ocurrió.

Pero lo es aún más saber cómo lo sigues recordando ahora e impedir que te afecte. 

Las heridas surgen de experiencias negativas de tu niñez.

(O interpretadas como tal) 

Estas no te dejan disfrutar de forma plena en la actualidad.

La forma en que afrontas las circunstancias que vives es creando un «escudo de protección» o «máscara» para evitar sufrir.

Si quieres superarlo, tienes que saber qué tipo de herida mantienes y de qué forma te escondes.

Se da en determinadas circunstancias  y con personas en concreto.

He diseñado unas viñetas contándote cuáles son las heridas emocionales de la infancia más comunes.

Y los escudos que usas como protección. 

Así podrás conocerte un poco más:

Saber el motivo de por qué actuas de una manera determinada. 

Pienso que es la mejor forma de empezar, si lo comparamos con el periodista que preguntó a Einstein si le podía explicar la teoría de la relatividad. 

Para sanar hay que descubrir antes el origen de tus heridas.